El «fin de la PSU» – ¡A desmantelar el mercado, toda la educación al estado!

Con fecha 12 de marzo del 2020 se anunció, desde el Ministerio de Educación y la Subsecretaria de Educación Superior, el fin de la PSU como una medida que supuestamente traerá grandes cambios para el sistema de acceso a la universidad. Sin embargo, resulta curioso que, la demanda No + PSU históricamente levantada desde el movimiento estudiantil, sea atendida justo dentro del álgido momento en que nos encontramos como país, sobre todo luego de las distintas jornadas de movilización que secundarios y secundarias han llevado a cabo, sirviendo como paliativo al movimiento estudiantil renaciente.

A la hora de evaluar este supuesto fin a la PSU, nos encontramos con que solo implica cambios cosméticos que incluyen una redistribución de la ponderación en los puntajes y una disminución en las preguntas y contenidos para medir competencias, respondiendo a una nueva cooptación de las demandas del movimiento estudiantil.  Esto nos recuerda también al escenario del cambio de la LOCE a la LGE o con la implementación de la beca gratuidad en el 2015, esta última como medida importante que generó conformidad y apagó todo ánimo de movilización, e incluso de cuestionar el sistema educativo mercantil en su conjunto.

De este modo, es importante que podamos evidenciar que las pruebas estandarizadas, como la PSU o incluso el SIMCE, son sólo la expresión del mercado educativo como problema estructural que reproduce la segregación en tanto imposición consensuada de la falsa idea del mérito, la cual encuentra su base en la existencia de clases sociales y la conciencia aspiracionista que ve a la educación como única forma de ascender socialmente; cuestión que lo evidenciamos desde la violenta reestructuración capitalista en lo que fue la instauración del neoliberalismo.

Entendemos que esto no supone ningún cambio concreto de fondo para el sistema educativo, lo que a estas alturas no debiera ser ninguna novedad para las y los estudiantes movilizados a lo largo de todo el país. Es más, nuevamente nos vemos enfrentados a la vieja táctica burguesa donde nos invierten la causa por el efecto, donde los verdaderos problemas estructurales son invisibilizados ante lo sintomático, lo superficial que pueden manipular a diestra y siniestra, cambiando la forma pero no el fondo, para acomodar a sus intereses.

Hoy entendemos, más que nunca, que aprender de la historia y de la lucha estudiantil se vuelve indispensable para la elaboración de una táctica y una estrategia que se plasme en nuestras exigencias de tal forma que estas no sean cooptables para nuestra lucha. Estratégicamente solo con la estatización de la educación podremos avanzar hacia un nuevo horizonte que visualice la construcción de una nueva sociedad.

¡Solo con la lucha, no existe otro modo, seguimos construyendo Para todxs todo!

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